Y es que a estas alturas ha quedado patente que el mindfulness genera un impacto positivo en las organizaciones y la productividad en cuanto a:
– Reducción del estrés, la ansiedad y el insomnio
– Aumento de la perspectiva y la comprensión de los demás
– Incremento de la concentración y la memoria
– Desarrollo de la inteligencia emocional
– Mejora de las relaciones personales
– Mayor creatividad y mayor productividad
Por todo ello, existen unas recomendaciones y pautas que se pueden seguir en cualquier contexto laboral y que ayudarán tanto a empleados como a altos cargos a sobrellevar una vertiginosa agenda de trabajo:
- Crear un espacio personal en la agenda
- Reconocer las virtudes y debilidades propias
- Actuar sabiendo lo que se está haciendo
- Imaginar la jornada y preparar la mente para ello
- Cuando acabe la jornada, que lo haga realmente
Fuente: Eric Sales Vallejo en la Revista Adade E-Consulting